lunes, 8 de octubre de 2012

Toumai, el primer homínido



Actualizada: 12/07/2002
Un equipo de científicos ha descubierto en África un cráneo fósil de 7 millones de años de antigüedad que hace replantearse las teorías de la evolución del hombre.
Esta vez ha sido en el desierto de Djurab, en el Chad, donde el rompecabezas de la evolución del hombre ha encajado una pieza gracias al hallazgo del fósil humano más antiguo hallado jamás. Con una antigüedad de entre 6 y 7 millones de años, Toumai (como lo han llamado y que significa “Esperanza de vida”) es el cráneo, acompañado de una mandíbula y dientes, más antiguo de un ser de la familia humana encontrado. Hasta ahora se habían hallado restos de homínidos de hace como mucho 5 millones de años, pero nunca tan viejos. También es el primer fósil de homínido encontrado en África central El cráneo fue descubierto en de julio del 2002 y primeros análisis han revelado que efectivamente estaría relacionado con el ser humano. Posee cualidades tanto de simios (la parte superior del cráneo) como de homínidos (rostro y dientes). Esta circunstancia hace replantearse algunas fechas. Se sabía que hace 10 millones de años abundaban los simios en el planeta, pero no se tenia constancia de la existencia de homínidos. Así pues, nos obliga a retrasar aún más el periodo que se creía entrañaba el proceso de divergencia entre los chimpancés y los homínidos, entendiendo que procedemos de ellos. En realidad, Toumai es tan distinto a los fósiles que se conocen que se le asignará un nuevo género y una nueva especie. (Con información de Nature). 








Washington, 28 feb (EFE).- El análisis de los restos fósiles del probable homínido 'Toumai' revela que ese primate pobló una zona norcentral de África hace unos siete millones de años, revela un estudio que publicará este fin de semana la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Esos restos consisten en un cráneo casi completo, fragmentos de la mandíbula inferior y tres dientes aislados y fueron descubiertos en el desierto de Chad en 2001 por antropólogos franceses.

El grupo, encabezado por el antropólogo Michel Brunet, bautizó los restos con el nombre científico de 'Sahelantropus tchadensis', aunque es más conocido por el de 'Toumai', que significa 'esperanza de vida' en el dialecto regional de Chad.

Según el informe sobre la investigación, el estudio radiocronológico de los restos fósiles del 'Sahelanthropus tchadensis' establece que tienen entre 6,8 y 7,2 millones de años.

Añade que esa cronología es un dato clave para establecer las primeras etapas de la evolución de los homínidos.

Según Brunet, el 'Sahelanthropus tchedensis' es un testimonio de que la última separación evolutiva entre los chimpancés y seres humanos ocurrió hace unos ocho millones de años, mucho antes de lo que se creía hasta ahora.

Además, el descubrimiento también implicaría que los homínidos evolucionaron rápidamente tras separarse del ancestro común para los otros primates y los seres humanos.

Al darse a conocer el descubrimiento de los restos fósiles en 2001 algunos científicos criticaron su nombre por cuanto, según afirmaron, determina de manera intrínseca su carácter homínido cuando en realidad solamente se trata de un simio que vivió en la región hace millones de años.

Para fundamentar su rechazo señalaron que el cráneo es demasiado plano y no tiene la capacidad de volumen que caracteriza al de los humanos.

El pequeño cráneo indica que se trata de una criatura de no más de 120 centímetros de altura, es decir, la de un chimpancé, indicaron.

Pero los partidarios del carácter homínido de 'Toumai' volvieron a la carga y mediante una reconstrucción informática señalaron que la estructura craneana tenía diferencias claras con las de los gorilas y los chimpancés. Además, sus características revelan que podía ser un bípedo.

'El nuevo homínido exhibe una combinación única de características... que sugieren una estrecha relación con el último ancestro de humanos y chimpancés, lo que a su vez sugiere que es un probable ancestro de los homínidos posteriores', señalaron los científicos en un estudio publicado en 2002 en la revista Science in Africa.



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