Un texto expositivo es el que expone de forma objetiva hechos o conceptos.
Los textos expositivos son conocidos como informativos en el ámbito escolar. La función primordial es la de transmitir información pero no se limita simplemente a proporcionar datos sino que además agrega explicaciones, describe con ejemplos y analogías.
Suelen presentar las siguientes partes:
- Introducción (Presentación del tema)
- Desarrollo (Explicación y aclaración del tema tratado)
- Conclusión o síntesis
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Escribir un texto expositivo consiste en explicar un tema concreto aportando datos y
ejemplos. Este tipo de textos se centran en el contenido. Para ello, es necesario buscar
información, clasificarla y presentarla ordenadamente siguiendo un guión.
El lenguaje debe ser conciso, es decir, expresar las ideas de forma clara y directa,
utilizando oraciones breves y evitando palabras innecesarias y repeticiones. También se
debe enlazar las ideas de forma que se mantenga el hilo de la exposición.
El texto expositivo se podría estructurar de la siguiente forma:
- Presentación: una parte breve, de carácter introductorio, en la que se incluye
información muy general y que sirve para situar el texto y al lector.
- Desarrollo: la parte fundamental y más extensa. Incluye, de forma clara y
ordenada, la información que se quiere transmitir.
- Cierre: nuevamente breve, es la parte final con la que se remata la explicación.
Puede ser un breve resumen de lo expuesto o unas conclusiones a las que se llega a
través de la explicación.
Por tanto, los pasos que debes seguir para escribir un texto expositivo son:
- Planifica: elige el tema y busca información. Prepara un guión con las ideas más
importantes.
- Escribe: redacta el texto, pon un título y dedica cada párrafo a explicar una idea
- Revisa: vuelve a leerlo, comprueba que no hay faltas de ortografía y que los datos están
ordenados.
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